Blog

Cardiofagia: adiós al invierno

 

Veo en los ojos de la soledad el silencio

Y en ellos las pupilas reflejando al mar a tenor de cierzo,

Veo sus lágrimas horadar el tiempo con sutileza,

Como quien apaga los cirios del viento con inocencia.

Veo en los ojos de la soledad la inquietud del mar,

El tacto ocre de la muerte,

La melodía de plenilunios y tormentas

Contar con tus labios los dedos de la suerte.

Veo en los ojos de la soledad un país lleno de vacíos,

Los bosques de rocío apagando infinitos incendios,

Y como si fuera un clavel que lentamente

Su ternura va enervando, las huellas en la nieve.

Veo en los ojos de la soledad la quimera y el septentrión,

El temor del poeta,

La rueda que en el camino hace leve

La puerta y la celda de un espejismo llamado amor.

Vuelve a escuchar la melodía de plenilunios y tormentas,

Nosotros estamos aquí escuchando nuestros latidos,

A mil años luz del ciclón

Que emana de nuestras mentes

Con sus alas de cera y de bemol.

Mira las hadas como comen las arterias

De las ninfas enamoradas,

Como engullen las venas,

De las náyades, y de musas

Ingieren miocardio. De sus nubes,

Y del ocaso que les viste de lluvia,

sus coronas y sus cruces.

Veo en los ojos de la soledad tu soledad,

Veo en tus ojos las pupilas de la verdad,

Y entre llanto y lágrima pasar mi vida,

Veo desde el borde de este precipicio tu boca,

Por fin abierta y exultante cual rosa,

Cual gardenia que va cayendo,

En el altar de la llanura inhóspita y quejumbrosa.

Mira las princesas comer de los cadáveres

que florecen con la nieve,

vestir las osamentas de la opacidad,

con impaciencia de clavellinas.

Veo en tus ojos ciegos, mis ojos anegados de luz,

Siento en mis pupilas tu reflejo,

El miedo de ser libre,

Y ser…así como tú.

 

ROGERVAN RUBATTINO ©

 

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error

Invita a más personas a leernos